A veces no sé a dónde ir, entonces voy a JESÚS.
Allí, rota, desilusionada y decepcionada de la vida, ÉL me habla.
"Me dice que todo va a estar bien. Que confíe en sus Tiempos y que descanse en sus Promesas".
No hay lugar más reconfortante y seguro que estar en su regazo. Allí, no hay circunstancia ni dolor ni dudas que me puedan perturbar. Porque allí todo es Perfecto.
Así es que si hoy no tienes un lugar a donde ir, te invito a esconderte un ratito en Su Presencia.
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