Un GRITO de TRIUNFO!
Aquellos que presenciaron la crucifixión de JESÚS vieron sus horas de agonía y lo oyeron clamar en alta voz: CONSUMADO ES, mientras entregaba su espíritu (Juan 19:30).
Sus últimas palabras desde la cruz no fueron una exclamación dolorosa de derrota, sino UN GRITO DE TRIUNFO, porque había completado TODO lo que el PADRE lo había enviado a hacer.
Cuando JESÚS murió, participó de todo lo que nosotros debemos experimentar, pero, mucho más allá de eso, hizo lo que ninguno de nosotros puede hacer: Pagó el precio por nuestros pecados, para que podamos ser perdonados y tener vida eterna por medio de la fe en El.
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