Creo que una de las tantas cosas que estamos aprendiendo es que DIOS desea nuestro corazón a solas, sin público ni espectadores... solos El y cada uno de nosotros en comunión, en adoración personal y sincera, siendo quienes somos, imperfectos y débiles.
Hoy necesitamos entender que esta pandemia nos ha recluido del afán y del activismo; hacíamos cosas para DIOS pero probablemente no pasábamos tiempos con DIOS.
Este es un momento reflexivo, personal y oportuno para venir delante de nuestro DIOS, sin prisa, sin presión, sin preceptos preformados o adquiridos, simplemente... llegar ante ÉL como somos y derramar nuestro ser delante de Él!
Hay tiempo para todo lo dijo Salomón en Eclesiastés 3
Hoy es tiempo de apartarse de abstenerse y de adorar!
Él sigue teniendo el CONTROL
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