Yo sé que a veces el silencio de DIOS es aterrador. Sobre todo esos días cuando es tan importante para ti saber cuál camino tomar. Ese frío en tu cuarto, el cansancio del alma y el deseo de acelerar el proceso, se juntan y provocan dentro de ti tanta sed espiritual, tanto deseo de que DIOS hable y que todo se calme dentro de ti. Pero DIOS permanece en silencio, quizás observándote de cerca, pero en silencio.
Oremos:
SEÑOR, hoy más que nunca necesitamos oír tu Voz. Porque una Palabra tuya traería Paz y dirección a nuestras vidas tan cansadas de vagar sin rumbo. Necesitamos oír de Tu Misericordia. Que todavía tu Amor no se ha acabado.
Salmos 143:8
"Hazme oír por la mañana tu misericordia,
Porque en ti he confiado;
Hazme saber el camino por donde ande,
Porque a ti he elevado mi alma."
Di la Palabra, SEÑOR, y caminaremos. Muéstranos tu Voluntad y danos Paz y Serenidad para aceptarla. En el nombre de Jesucristo… ¡Amén!
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