Entiendo, estás frustrado, cansado, no duermes, ya no sabes qué hacer con esa situación que tanto te atormenta. Pero ya es hora de dejárselo, de entregarle ese problema a DIOS.
Y decirle: “ya hice lo humanamente posible con esta situación, te la entrego a TI, porque sé que eres hacedor de milagros y prodigios y también sé que no hay imposibles para TI. SEÑOR, hoy mi confianza descansa en TI, haz con esto como a TI mejor te parezca, sé que me sorprenderás, mientras tanto yo seguiré orando, adorándote y glorificando tu nombre y dándote desde ya, gracias por cómo obraste a favor mío en esta situación"
Si estás leyendo esto, es porque era para ti y tú más que nadie, sabe que es así.
Bendito el hombre que confía en el Señor, y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto. Jeremías 17:7-8
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