Dile al SEÑOR en este día:
PADRE! Sin importar lo que pasó ayer, hoy tomo mi Cruz y vuelvo a seguirte. No importa los tropiezos del camino ni lo duro de mi Proceso. Tomo mi Cruz y te miro solo a TI.
Aunque se caiga mi mundo en pedazos, aun cuando el enemigo me siga susurrando palabras de derrota, Yo tomo mi Cruz y me aferro a TI.
Aunque no entienda muchas cosas.
Aunque mi corazón resbale por momentos en sentimientos de tristeza y depresión.
Aunque a veces parezca que te has ido para siempre, que ya no me escuchas, que no te importa mi dolor. Yo tomo mi Cruz, Profetizo y Creo que todavía la Sangre de CRISTO tiene Poder para Salvarme, Libertarme y Levantarme. En el nombre de Jesucristo. ¡Amén!
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