Te animo a que busquemos estar continuamente alabando a CRISTO con el fruto de nuestros labios. Apaguemos la televisión o la música que estamos escuchando y proclamemos lo grande y maravilloso que es DIOS.
¡Vamos a darle las gracias por los milagros que hace a diario en nuestra vida! Tenemos que utilizar este gran regalo que son nuestros labios para dar gloria a Aquél que la merece.
Oración:
PADRE, quiero, aunque sea por un día, utilizar mis labios para darte gloria continuamente. Perdona todas aquellas palabras que han salido de mí y que están muy alejadas de darte alabanza. Quiero aprender a hablar para edificar y no para destruir. Me encomiendo a Ti y te pido que reines en mi vida. Te lo pido en el nombre de CRISTO JESÚS. Amén.
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