No te desanimes, no decaigas, no te aflijas, no te des por vencido. Continúa, sigue ayudando, sigue dando, sigue compartiendo, sigue participando y colaborando porque llegará el día de la cosecha y recogerás todo lo sembrado.
Ayudar no consiste únicamente en donar dinero. Existen muchas formas de ayudar. Puedes compartir la tarde con alguien que se encuentre triste y solitario, escucharle y dejarle hablar. Puedes compartir el conocimiento con quien lo necesite. Llamar a un familiar lejano con quien no hablas hace tiempo. Cargar la compra de tu vecina anciana hasta la puerta de su casa. Enviar un mensaje o una tarjeta a una compañera de trabajo. Hay tantas formas de ayudar, seguro que tienes una idea original de cómo ayudar a otra persona.
¿A quién podrías bendecir hoy con tu ayuda, y de qué forma?
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