Perdóname DIOS mío por ser tan débil. Perdona mi fragilidad y mi falta de compromiso.
Perdóname porque a veces me enredo en mis propios pies y cuando abro mis ojos ya estoy en el suelo otra vez. Yo necesito cambiar. Necesito subir al monte y allí en Tu Presencia vaciar este corazón de todo lo que no te agrada para poder llenarme de TI.
Porque muchas veces te he culpado a TI por mis caídas; pero no eres TÚ, soy yo. Soy yo quien decide tomar el camino equivocado. Soy yo quien prefiere la senda más fácil y quito mi mirada de TI.
Ayúdame hoy DIOS mío a mantener el enfoque para poder ver con claridad las piedras que quizá se presenten hoy.
Gracias, mi DIOS, por Tu Gracia… y por no soltarme!!!
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