LA VOZ de DIOS:
NO permitamos que el ruido del mundo nos impida oír la VOZ de DIOS.
En el libro de 1 Samuel 3 observamos que Samuel era jovencito cuando oyó una voz que pronunciaba su nombre, y pensó que era el sacerdote Eli que estaba en el tabernáculo donde servía a DIOS (v 1-7). Cuando Eli se dio cuenta de que DIOS estaba llamando a Samuel, le dijo cómo debía responder y entonces, cuando DIOS lo llamó por tercera vez, Samuel respondió (v 10). Esta actitud de alerta ante la Voz de DIOS se convirtió en un patrón en su vida. (v 21).
Quiera DIOS que, como Samuel, APRENDAMOS a DISCERNIR la VOZ de DIOS y a decir: Háblame DIOS, estoy escuchando!!!
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