¿Por qué está abatida mi alma? ¿Y por qué se turba dentro de mí?
Porque muchas veces quito mi mirada del SEÑOR y comienzo a mirar a la gente.
Porque me enfoco en mis circunstancias y me olvido de Sus Promesas.
Porque cuando se levanta una gran tempestad, en vez de hacerle frente con valor, salgo corriendo y comienzo a tomar decisiones equivocadas.
Oremos!
DIOS y PADRE nuestro. ¡Cuántas veces has querido hablarnos al corazón y por estar distraídos con los problemas no te hemos escuchado! Cuántas veces has extendido Tu Mano para ayudarnos y hemos tomado la mano equivocada. Hoy volvemos a TÍ… TÚ que eres nuestro PADRE… TÚ que siempre has tenido la intención de levantarnos... Aceptamos hoy tu ayuda SEÑOR… Corremos a Tus Pies humillados y te pedimos nos Cubras, nos des la Fortaleza necesaria para enfrentar este nuevo día y que sea un día de experiencias Contigo, de nuevos comienzos y de crecimiento espiritual… Estamos cansados de sufrir. Cansados de cometer errores… Ilumínanos y danos la sabiduría que hoy necesitamos para tomar las mejores decisiones… Ahora nos agarramos de tus Promesas y en tu Nombre seremos más que vencedores.
"¡Espero en TI porque aún he de Adorarte. Salvación Mía y Dios mío!" Amén
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