El padre del hijo pródigo es como tu PADRE celestial. No importa lo que hayas hecho, cuando regresas a casa con DIOS, él te envuelve en su Amor. Te da lo mejor y te dice: “¡Todo está perdonado! Ve a buscar el vestido. Ve a buscar los zapatos. ¡Tengamos un banquete! Mi hijo ha vuelto a mí”.
Llegas a casa a la celebración, no a la condena. Y DIOS quiere que te unas a ÉL en celebración mientras le das alabanza...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario