Hay días cuando urge un SOPLO del ESPÍRITU SANTO en nuestras vidas. Nos urge la Presencia del SEÑOR. Urge Su Amor y Urge su Perdón.
Son esos momentos cuando sientes un vacío en el alma que nada te lo puede llenar. Cuando lo único que te puede Consolar y Calmar es sentir su Río fluyendo por todo tu ser. Saber que ÉL está cerca. Que no se ha ido. Que no se ha acabado su Amor y que aún puedes tener Esperanza.
Qué bueno que DIOS no es como nosotros. ÉL es el mismo de Ayer, hoy y por los Siglos. Su Amor nunca se agota, Su Misericordias son Nuevas cada día y muy Grande es Su Fidelidad… Amén!
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