A veces pensamos que ORAR es solamente llegar delante de DIOS y derramar nuestra alma, creemos que llorar es suficiente para recibir lo que esperamos, pero una cosa es desahogarse y otra es CREER y CONFESAR Su Palabra con total seguridad. Así que abre los ojos y el corazón para darte cuenta de que orar implica mucho más que buscar a DIOS en medio de la dificultad. Llorar delante de DIOS no es lo que nos saca adelante. Es la FE que proclamamos, fundamentada en el conocimiento de Su Palabra lo que nos sostiene y nos permite avanzar confiados, aún en medio del dolor y de los problemas.
DIOS responde a la declaración de nuestra fe, no a las quejas y lamentos, ya que por fe alcanzaron buen testimonio los hombres de la Biblia… Hay que creerle al Señor y expresarlo con palabras y acciones, para ser agradable ante Sus ojos.
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