Llorar es necesario a veces. Cuando
llegamos al límite. Cuando algo nos duele. Llorar te calma, llorar te sana,
llorar te limpia. No te preocupes de la opinión ajena. Si te hace bien, llora
cuando necesites. Si el mundo te pesa, si algo te agobia, si un amor se
terminó, llora lo necesario. Y después sonríe. Porque en la vida todo pasa. Y
como siempre... tú sobrevivirás a todo.
Pero ahora, mejor vayamos a las Promesas
que nos ha hecho el SEÑOR:
1. Tus lágrimas las he contado
Tú llevas la cuenta de todas mis
angustias y has juntado todas mis lágrimas en tu frasco; has registrado cada
una de ellas en tu libro. (Salmos 56:8)
El SEÑOR dice: No pienses que se me ha escapado alguna lágrima tuya, todas las he
contado y guardado porque yo las secare y te devolveré no lágrimas sino gozo
¡Danos alegría en proporción a nuestro
sufrimiento anterior! Compensa los años malos con bien
(Salmos 90:15)
2. Has sembrado en dolor cosechado en
alegría
Los que siembran con lágrimas cosecharán
con gritos de alegría. (Salmos 126:5)
Mucho
tiempo has llorado y orado, ya ha llegado el tiempo de que coseches con alegría,
esa semilla de fe la has regado con lágrimas y dará como fruto alegría a tu
vida, sólo espera el tiempo de cosecha
3. Llegará el Tiempo que secaré cada
una de tus lágrimas
Pues el Cordero que está en el trono
será su Pastor. Él los guiará a manantiales del agua que da vida. Y Dios les
secará cada lágrima de sus ojos». (Apocalipsis 7:17)
No
por siempre llorarás, todo tiene su tiempo solo persevera, las lágrimas pasarán
porque yo las secare cada una, sigue orando, siguen creyendo en mi Nombre cumpliré
estas promesas en tu vida.
Gracias, SEÑOR, has cambiado mi llanto
en alegría, soy tu hija… y contar con tu Favor me llena de Gozo. Dame de tu Paz
en mi corazón. Amén
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