No elegimos nacer. No elegimos nuestros padres. No elegimos nuestra época, el país de nuestro nacimiento, o las circunstancias inmediatas de nuestra crianza. No elegimos, la mayoría de nosotros, el morir; tampoco elegimos la hora y las condiciones de nuestra muerte. Pero dentro de este reino de falta de elecciones, elegimos como vivir. Anónimo
ELIGE A CRISTO… ELIGE AMAR… ELIGE SER FELIZ!!!
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