Me encantan los versículos que hablan de la GRACIA de DIOS… ¡quizá porque la necesito tanto!... amo a Dios, amo a mi esposo, amo a mis hijos, quiero seguir las instrucciones divinas… y quiero hacer mi mejor esfuerzo… ¡de verdad que sí!...sin embargo… déjame contarte mi realidad: tengo muchísimos defectos, muchos anhelos, sueños y oraciones para mí como mujer, como madre y para mis hijos. Si que me muevo y a toda máquina. Hago por un momento todo lo que creo que debo hacer, ¡y más!... Y entonces viene un mal día. Me desanimo y todo parece más exigente y menos gratificante que ayer. Algo cambió, y sorpresivamente lo que funcionó ayer ya no funciona hoy.
Y entonces vuelvo sobre mis rodillas, otra vez elevo mi oración y súplica a Dios en busca de sabiduría, discernimiento, de su Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, dominio propio, de su fortaleza… y más que todo de su gracia!... Y empiezo todo de nuevo. Después de mi fracaso, de mis momentos no tan buenos,… Dios vuelve a señalarme el punto de partida, mis prioridades como mujer y mis objetivos como madre.
Esta es la realidad que toda madre enfrenta… Ser madre es un compromiso, una responsabilidad y un llamado de Dios… para toda la vida. Y también nuestra mayor dicha y nuestro mayor reto!!!
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