Y cuando estén orando, perdonen lo que tengan contra otro, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados. (Marcos 11:25)
Cristo sabía el secreto, Su oración era tan efectiva, que hasta en las cosas más simples (el caso de la higuera) Dios le respaldaba, ¿por qué?...
El secreto: El Perdón.
Una oración nacida de un corazón que perdona, es un corazón que ama, y un corazón que ama es la vida de un hombre que ha dispuesto su corazón para hacer la voluntad de Su Dios y Padre Eterno. Que sin pensar si debe o no perdonar, lo hace… ¿Cómo, pues, Dios le negará alguna cosa?
En esto radica la verdadera fe. No en creer por creer… sino creer para actuar por fe en lo que hemos aprendido de Su Amor, de Sus Palabras, escritas en la Biblia.
Te invito a que ejercites hoy tu fe, y hagas esa oración de perdón que tanto tu corazón, tu familia, México y el Mundo necesita.
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