Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. (Lucas 12:34)
Muchas veces, y sin darnos cuenta, le damos más valor a las cosas de la que deberíamos. Ponemos nuestra felicidad en el tener y no en el ser. Y es normal. Nos dejamos guiar por los sentidos, por lo que puedo tocar y palpar, ¿verdad?
Pero se nos olvida algo importante: que ponemos nuestro corazón, en lo que consideramos importante. Lo que significa, que invertimos tiempo, dinero y energías, solo en aquello que consideramos valioso.
Por eso, no es de extrañar, que si tú consideras más importante tu belleza física, o el trabajo, o el sexo, seguramente has estado invirtiendo tiempo y dinero al gimnasio en exceso, a los salones de belleza y cuanto producto de rejuvenecimiento se te ponga en frente; asimismo ocurre para los que consideran como lo más importante el trabajo y el sexo: se entregan horas y horas en la oficina, o en bares nocturnos buscando un chico(a) con quien pasar la próxima gran aventura. Descuidando asuntos más importantes y transcendentales: su vida espiritual, su pareja, sus hijos, su familia.
El mensaje para hoy, es este:
Evalúa qué es lo más importante para tu vida,
¿Cuál es tu tesoro? ¿Dónde está tu corazón?
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