Mientras me levantaba esta mañana, pensaba y me di cuenta que durante mucho tiempo y de la manera más ingenua:
PERDONÉ errores casi imperdonables.
INTENTÉ sustituir personas insustituibles y OLVIDAR personas inolvidables.
Me DECEPCIONÉ de personas que pensé nunca me decepcionarían.
SONREÍ cuando no podía.
Hice AMIGOS... eternos.
LLORÉ oyendo música y viendo fotos.
LLAMÉ solo para escuchar una voz y PENSÉ que me moría de tanta TRISTEZA cuando del otro lado y al saber que era yo, me trancaban la comunicación.
Tuve MIEDO de perder a alguien ESPECIAL. ¡PERO SOBREVIVI! Y todavía sigo VIVA!
Aprendí que a veces el que ARRIESGA no pierde nada, y QUE PERDIENDO TAMBIÉN SE GANA!!!
Para los que aman a DIOS, TODO obra para BIEN!
Anónimo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario