PADRE Bueno,
Sé que TÚ siempre buscas mi bien y quieres mi Salvación Eterna. ¡Qué más puedo desear! ¡Gracias, PADRE!
No me impones un camino, me hiciste libre y quieres que yo elija. A veces preferiría no tener que elegir; temo equivocarme... pero, también conoces mi debilidad, TÚ sabes cómo a veces me confundo, se me nubla la mente y no sé qué camino tomar.
No siempre es fácil saber qué es lo que TÚ quieres, Lo que más me conviene. No quiero entristecerte, ni quiero hacer daño a las personas. Ayúdame a ser como Tú.
Quiero obedecerte porque quiero agradarte. Y si hago lo que TÚ quieres, me irá siempre bien.
Padre Nuestro, hágase siempre Tu Voluntad. TÚ amas a los que cumplen tus mandamientos:
"Quien hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ese es mi hermano y mi hermana." (Mt 12, 49-50)
Tu Voluntad es que cumpla tus mandamientos.
Se dice fácil, pero en las circunstancias concretas de la vida no es tan sencillo y no siempre sé cuál es tu Voluntad. Cuando tengo delante el bien y el mal, es fácil distinguir, pero a veces tengo que elegir entre dos bienes.
Por eso ahora, como JESÚS en Getsemaní, me abandono en tus brazos con absoluta confianza y te digo:
“No se haga mi voluntad sino la tuya" (Lc 22,42)
Que se haga Tu Voluntad en mi vida. Me guste o no me guste, sé que será lo mejor para mí. Amén!
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