Si permites que la amargura entre en tu corazón, puede envenenar tu alma y afectar tu cuerpo... comenzará a destruir las relaciones y las cosas que son importantes para ti.... crecerá en ti como un cáncer... por eso JESÚS nos enseñó A PERDONAR.
En Mateo 18, Él indica en la parábola del criado implacable, que el rencor nos coloca en una prisión espiritual donde nos sentimos atormentados.
Hay muchas cosas en la vida que pueden tentarnos a que nos amarguemos, pero no te dejes atrapar... no vale la pena.
PERDONA, invita al ESPÍRITU SANTO que SANE el dolor en ti y te libere del plan del enemigo que viene para robar, para matar y destruirte.
¡DIOS te AMA!
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