Nosotros le amamos porque Él nos amó primero. 1 Juan 4:19
Si nunca ha recibido a Jesucristo como su Salvador, o si no está seguro, haga esta oración ahora:
“Jesús, yo creo que Tú eres el Hijo de Dios. Moriste en la cruz pagando por mis pecados. Te levantaste de entre los muertos. Jesús, creo en ti. Te invito a mi corazón, ahora y para siempre. Amén.”
Si usted hizo esta oración, ahora es salvo. Usted es un hijo de Dios. Es perdonado. Usted tiene vida eterna.
Si usted ha sido herido o rechazado, escoja hoy abrir su corazón al amor de Dios. Escoja hoy derribar sus paredes de protección. Elija confiar en Dios. Reciba su amor. Ore algo como esto – de hecho, es posible que desee hacer esta oración todos los días, mientras que Dios lo sana y lo llena de su amor:
“Dios, te traigo mi corazón. Yo soy uno de los quebrantados de corazón. Mi corazón es como una esponja seca. Yo he levantado muros de protección alrededor de mi corazón. Yo he tenido una fortaleza de rechazo en mi vida. He tenido un espíritu de rechazo. Yo quiero ser libre. Yo quiero ser sanado. Quiero cumplir mi propósito y destino. Deseo recibir amor y dar amor. Abro mi corazón a ti ahora. Derribo mis muros de protección. Así como tú me has perdonado, yo perdono gratuitamente a todas las personas que alguna vez me han hecho daño. Ven ahora y derrama tu amor en mi corazón. Dejo que me ames. Te doy mi corazón huérfano, y permito que me llames Tu amado hijo / hija. (Lucas 3:22, Juan 17:23, 1 Juan 3:1) Acepto mi nueva identidad como Tu hijo amado. En el nombre de Jesús, ordeno al espíritu de rechazo que salga de mi vida, de mi identidad, y de mi propia imagen. Al igual que el apóstol Juan, elijo a identificarme como a uno a quien Jesús ama. A medida que me llenas de tu amor, yo te amaré, me amaré a mí mismo, y amaré a los que me rodean. Por favor, sana y agranda mi corazón para que pueda gratuitamente recibir y dar tu amor. Gracias, Padre Dios, que Tú me amaste primero. Amén. “
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