Para poder madurar espiritualmente, el centro de atención debe ser DIOS y no tú. Te lo repito. Es necesario que dejes de pensar todo el tiempo en ti y pongas PRIMERO al SEÑOR.
Cada situación que vivimos puede ser utilizada para gloria de Él. Está en ti y en mí hacerlo. Podemos quejarnos. Podemos molestarnos. Pero al mismo tiempo, podemos recordar la perspectiva espiritual y entender que nuestra herencia la tenemos en el cielo, y que las pruebas son PARA purificar y madurar nuestra fe.
Las pruebas dan testimonio a todos aquellos que nos rodean. La gente pone atención en cómo respondes a la adversidad. ¿Amas a DIOS? Tal vez es momento que realmente te entregues y lo pongas en el trono de tu vida para que Él dirija de ahora en adelante. Es tiempo que pongas tu FE y tu vida a que sea probada y purificada por fuego para que CREZCAS y te FORTALEZCAS en Él. ¿Qué vas a decidir?
DIOS PADRE, quiero que tomes el trono de mi vida. Te he limitado y no he querido entregarme por completo pero hoy entiendo que Tú quieres todo mi ser. Vengo a Ti, mi Señor, con la rodilla doblada y entregándote mi corazón para que se haga Tu Voluntad en mí. Entiendo que las pruebas purifican y fortalecen mi fe, ayúdame a seguirte y no desesperarme, ayúdame a no separarme de Ti y pensar que estaba mejor antes. Quiero que mi vida te dé gloria y que dé testimonio de tu gran Amor. Te pido que tenga sabiduría para entender lo que quieres trabajar y transformar de mí. Gracias mi SEÑOR por amarme y por cuidarme como lo haces. Amén!!
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