¿Hay necesidad en tu vida? Clama.
¿Hay tristeza en tu corazón? Ora.
¿Hay persecución y angustia a tu alrededor? Arrodíllate y sigue orando.
¿Hay desolación y desesperanza en tu interior? Invoca el nombre de Dios.
¿Hay dudas e incredulidad en tu mente? Confía y cree.
¿Hay temor e incertidumbre? Ayuna.
En la prueba y adversidad ÉL te escuchará y no te dejará.
Él no desprecia al corazón contrito y humillado.
No temas, porque tu voz llegará a su oído y ÉL responderá.
Sus Bendiciones ¡no terminan!
Salmo 55:16
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