¡Ser diligente!
Dejemos las excusas a un lado, ya no busquemos pretextos para quedarnos sentados, pasivos!!!
DIOS nos levanta de los fracasos, pero no de las excusas. Deja a un lado las justificaciones que te impiden avanzar por el camino que el SEÑOR ha trazado para ti.
El SEÑOR nos hace sus hijos para darnos paz, amor y vida eterna. No lo rechaces y agradece el honor de servirle.
Dile al SEÑOR: “Perdóname, hoy me libero de mis excusas, me convierto en otra persona, no importa qué tengo o qué no tengo, dejo todo atrás y me encamino a hacer Tu voluntad, no pondré una sola excusa más”.
Todo lo bello sucederá, cuando dejes tus excusas.
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