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enero 17, 2011

Un secreto...


Voy a contarte un secreto.
A Dios no lo mueve tu necesidad.
Oíste eso?
Es inútil que cuando ores te duelan las rodillas, o le digas que ya no soportas más, o que no mereces vivir esta situación, o que llores hasta que no te queden lágrimas.
A Dios lo mueve tu fe.

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