Ninguna circunstancia, dificultad, expectativa o palabra terrenal es tan determinante y puede influenciar en nuestra vida como son y deben ser las promesas que DIOS nos dio.
Nuestra confianza y fe está depositada en un DIOS poderoso, fiel, que no miente ni se arrepiente, que llama lo que no existe o parece imposible como si existiera y lo hace posible, si solo creemos y no dejamos lugar a la duda e incredulidad.
Cualquier sea el gigante al que te enfrentas, no temas, más bien dale la gloria y honra a quien ha determinado tu victoria frente a toda adversidad.
Fortalécete en fe y esperanza, porque DIOS cumple sus promesas y hace las cosas mayores a lo que podemos pedir o pensar.
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