Todos sabemos cuándo es momento de detenerse en la vida y cuando es el momento de seguir. En ocasiones abrimos los ojos y de repente nos encontramos tratando de sobrevivir en las profundidades de un mar embravecido. Y es allí en donde nos desgastamos física y emocionalmente. Es allí en donde nos abandonan las fuerzas.
Quizás tú, amig@ que me estás leyendo hoy te encuentras en medio de una tempestad. Solo puedes sentir la furia del viento golpeando tu vida. El SEÑOR te dice en esta hora: CONFÍA en MÍ. Yo te saco de la profundidad. Quédate quiet@ y observa como lo hago. Amén
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