Levántate hoy con la seguridad de que DIOS está a tu lado y que con ÉL, de escudo, nada malo podrá acercarse a ti. Ni los pensamientos de fracaso, ni el deseo de desaparecer, ni aquel sentimiento que en ocasiones es mejor ignorar porque hace daño tocar esa herida. Deja que el fluir del río del SEÑOR te envuelva en este día y comienza a disfrutar de Su Presencia como nunca antes. Después de todo, es lo único que necesitas para estar bien. Amén!
Gracias DIOS por tu Paz en medio de mis tormentas… Gracias porque Tu Presencia es tan real en mi vida como el aire mismo. Ayúdame a comenzar este nuevo día agarrada de TI como niña aferrada a la mano de su Padre! Y que por nada en este mundo vaya a cometer la torpeza de soltarte. En el nombre de Jesús! Amén!
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