Muchas veces nosotros tratamos de enfrentar la tormenta con nuestras propias fuerzas y las gastamos en vano luchando contra algo que sabemos es más fuerte que nosotros, pero a pesar de eso solo reconocemos que necesitamos la ayuda de DIOS hasta que el agua nos da hasta el cuello.
DIOS sabe las tormentas que estás pasando, ÉL conoce tus necesidades, sin embargo ÉL espera pacientemente a que tú le pidas Su ayuda
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