Aún en momentos de profunda tristeza, decepción, afán, angustia o soledad, DIOS nos provee de Esperanza. Porque JESÚS sí sabe lo que es padecer, sufrir, y hasta morir injustamente, pero sometido a ello voluntariamente, por Amor.
Me maravilla saber que cuando lloro por razón de mi pecado o el de otros, ÉL me llama dichoso. Porque ÉL también lloró por las consecuencias del pecado, que finalmente conducen a la muerte. Si lloramos por lo que duele o nos entristecemos por lo que vemos que no está bien, se vale.
Pero debemos hacerlo también a la luz de JESÚS, dejar que nos acompañe, que seque nuestras lágrimas, nos recuerde su Amor… Nos ampare bajo su sombra y respiremos de nuevo su Esperanza...
....ADELANTE SIEMPRE...MUCHAS BENDICIONES!!
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