Compartir nuestra experiencia,
fortaleza y esperanza es la pieza fundamental para mantenernos FIRMES y en
continuo CRECIMIENTO. Sin estos compartimientos, muchos de nosotros estaríamos
perdidos.
El hecho de que un amigo abra su corazón con nosotros, permite
que encontremos cierta guía u orientación con algo por lo que estamos pasando y
que pueda tener relación con nuestras emociones retorcidas. La mano amiga de
los compañeros muchas veces ha salvado a muchos de caer en las mismas
depresiones o problemas.
Es difícil abrir el corazón para contar algo que anida en la profundidad
de nuestro ser, algo que nos duele pero que sabemos que al desprendernos de
ello, podremos dar herramientas a alguien más para que sane sus heridas y, al hacerlo, estaremos dándole a DIOS
herramientas para que nos ayude a sanar
las nuestras.
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