Páginas

marzo 14, 2011

¡Que se detenga el mundo un par de días! ¡Necesito pensar!


Muchas veces vamos por la vida como a galope. Más que ir nosotros, nos traen y nos llevan las cosas, las situaciones, las circunstancias. ¡Siempre con prisas! ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Para quién trabajo de esta manera?... ¡Que se detenga el mundo un par de días! ¡Necesito pensar! Pues bien, en cierto sentido un Curso de retiro, un Encuentro hace realidad ese "milagro".

Hay momentos en la vida en que es necesario pararse; épocas en las que hay un nuevo despertar, en las que surgen -con la fuerza de la primera vez-, pasiones e iniciativas, afanes nobles que necesitan un cauce; períodos en que las necesidades espirituales se agudizan, y se mira la vida cara a Dios, y uno se plantea las grandes cuestiones de todos los tiempos: ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Cuál es nuestro origen? ¿Cuál es nuestro fin? ¿De dónde viene y a dónde va todo lo que existe?

Soledad, sosiego, silencio, serenidad. Vida interior

¿Qué son los Encuentros o Cursos de retiro espiritual?
Los Cursos de retiro espirituales -en sus distintas modalidades- han sido utilizados durante siglos por los cristianos para mejorar su vida espiritual y resultan ahora particularmente necesarios por estar inmersos en una cultura caracterizada por la autosuficiencia y el olvido de Dios. En este blog se realiza una rápida explicación de lo que son y para qué sirven, con el fin de que muchas más personas de las que hasta ahora lo hacen, puedan beneficiarse de este espléndido medio, tan práctico y oportuno hoy en día.

¿De qué se trata?
Hacer un Encuentro, un Curso de retiro, es una manera eficacísima de acercarse a Dios, una oportunidad estupenda para tratarle con paz, con mayor intensidad. Conocerle y conocernos con la luz que El nos da, de modo que ese conocimiento influya en nuestra vida, mejorándola, amando más a Dios y al prójimo. Muchas veces será el inicio de una sincera conversión.

La paz de unos días de Encuentro (con Dios y con uno mismo) sirve para pensar con calma en lo importante, y poner un poco de orden en las ideas. Familia, trabajo, vida cristiana, amistades... ¿Está cada cosa en su sitio? ¿Tengo que redimensionar algún aspecto de mi vida?

Sin cesar aparecerán razonadas excusas para dilatar, o no hacer un Curso de retiro: “sería estupendo, lo reconozco, pero...” “no es que no quiera hacerlo, es que...” Siempre habrá algo urgente que nos impida encontrar tiempo para lo importante. Y unos días de retiro –procura que sean cada año- son muy importantes para tu vida. Las mayores dificultades son la pereza, no querer rectificar y evitar enfrentarse consigo mismo.

Piensa..¿No sientes que a tu vida -tan llena de ciertas cosas- le falta sentido?

Querrías cambiar y, ¿no sabes cómo?... Haz un Curso de retiro!!!

Los retiros nos abren a Dios y en ese encuentro nuestras vidas son enriquecidas infinitamente.

El encuentro con Dios en esos días, consiste esencialmente en una sincera y profunda apertura del alma, que muestra la situación de la propia vida, la fe y la confianza en Jesucristo, el arrepentimiento de las culpas, la rectificación de la vida y las necesidades que agobian o pesan.

Porque no es suficiente no desear ofender a Dios, sino que tenemos que llegar a quererle como se quieren los amigos de verdad.

Piénsalo… busca información en tu iglesia… lo necesitas!!!... y trata de aprovechar bien los días de retiro, y vendrán los frutos: propósitos de cambio -grandes o pequeños- en algún aspecto de tu vida. Y con la gracia de Dios podremos cambiar lo que haya que cambiar; mejorar lo que haya que mejorar. Después vendrá la vida ordinaria, en la que tendremos que poner por obra, luchando, lo que con la gracia de Dios hemos visto durante esos días.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario