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enero 15, 2011

Dios es nuestro Padre y cada día anhela nuestra compañía



Él no está esperando que pronunciemos un discurso de frases elaboradas.

Podemos hablarle de nuestras torpezas y de aquello que nos ha robado la paz durante estas últimas semanas.
Podemos contarle acerca de nuestros suspiros más íntimos y nuestros anhelos más escondidos.


...Él desea que la atareada ama de casa olvide por un momento la vajilla para lavar y los hijos que atender, para arrojarse como una niña en los brazos del Padre.
…Aguarda a que ese rudo hombre de negocios olvide los golpes de la vida y las traiciones de la empresa, y que por unos minutos, se desmorone en las rodillas del Creador.
…Desea que el enérgico e incansable líder le cuente de sus miedos más ocultos y de aquello que lo sonroja en la intimidad.
…Espera que ese muchacho, al que la vida no le dio respiro, sienta el reposo del guerrero solo por estar en su compañía.


No lo dejes esperando!!!

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