Debemos cuidar lo que sale de nuestra boca, recordemos que en ella tenemos el poder de dar vida o muerte, si algo no edifica mejor no lo digas porque podríamos destruir a alguien con nuestro hablar.
Usemos nuestra boca para bendición, para restaurar y para edificar, seamos instrumentos de buenas nuevas.
Si algo no te consta, no lo digas.
Si va a destruir a alguien más, no lo digas.
Si no va a edificar a nadie, no lo digas.
Si vas a acusar, no lo digas.
Que tus palabras sean dulce como la miel.
El que cuida lo que dice protege su vida; el que solo dice tonterías provoca su propia desgracia. Proverbios 13:3
No hay comentarios.:
Publicar un comentario