SEÑOR, estoy decidido a no dejar que el enojo me dure hasta la puesta del sol. Pido Tu Gracia sobrenatural en esta situación y sé que me darás la Paz que necesito para practicar el dominio propio… Sé que no estoy experimentando nada que TÚ mismo no hayas experimentado, y te pido que me ayudes a usar el dominio propio para proteger mi paz. Es mi deseo ser como TÚ, y ésta es una gran oportunidad para que practique la mansedumbre. Gracias por mantenerme en un nivel más alto, SEÑOR. Oro para que yo me comporte de una manera digna de ser tu hijo. En el nombre de JESÚS, amén.
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