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mayo 19, 2018

Todo obra para BIEN


Mientras me levantaba esta mañana, pensaba y me di cuenta que durante mucho tiempo y de la manera más ingenua:

PERDONÉ errores casi imperdonables.

INTENTÉ sustituir personas insustituibles y OLVIDAR personas inolvidables.

Me DECEPCIONÉ de personas que pensé nunca me decepcionarían.

SONREÍ cuando no podía.

Hice AMIGOS... eternos.

LLORÉ oyendo música y viendo fotos.

LLAMÉ solo para escuchar una voz y PENSÉ que me moría de tanta TRISTEZA cuando del otro lado y al saber que era yo, me trancaban la comunicación.

Tuve MIEDO de perder a alguien ESPECIAL. ¡PERO SOBREVIVI! Y todavía sigo VIVA!

Aprendí que a veces el que ARRIESGA no pierde nada, y QUE PERDIENDO TAMBIÉN SE GANA!!!

Para los que aman a DIOS, TODO obra para BIEN!

Anónimo

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