Muchas veces, DIOS permite que ocurran cosas inexplicables en nuestras vidas. En ocasiones pasamos por procesos muy dolorosos: pero en DIOS, Todo sucede por algo y no somos nadie para reclamar o hacerle preguntas. Simplemente hay que fluir con los cambios y agradecer cada día por lo bueno y también por lo malo... Porque a través de cada situación difícil, el Señor está formando en nosotros el carácter de Jesucristo y muchas veces para lograrlo hace falta una Transformación Radical.
Tantas veces en mi vida he visto como un torbellino aparece de la nada y en un momento aquello que creí mío, se me sale de las manos y de repente un fuego consume todos mis sueños y mis ilusiones desaparecen... Cosas que jamás pensé poder soportar... situaciones muy complicadas... Como si de repente llegara un tsunami a mi vida a alterar todos mis planes, y me deja tirada en el suelo con el corazón hecho pedazos y sin saber cuál camino es el mejor.
He aprendido a fluir con todo.... A no pelear con el SEÑOR. Aprendí que cuando una puerta se me cierra en las narices, muchas más se van abriendo de par en par. Aprendí a no poner resistencia, para no enfermarme. Simplemente aprendí a aceptar la Voluntad del SEÑOR como algo necesario para mi crecimiento.
Y mientras el viento sigue soplando fuerte, agradezco a DIOS por todas las cosas que está permitiendo en mi vida, porque aunque no pueda entender muchas cosas, su Voluntad para mí es Perfecta.
Solo DIOS sabe lo que quiere lograr en mí y hacia dónde me va llevando.
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