ENTRENAR... Así es, nos esforzamos por esculpir mejorar y hasta cambiar nuestro cuerpo físico, por salud, por estética o simplemente por un deseo personal...
Cuánto mayor y mejor debería ser nuestro entrenamiento espiritual, el del Alma y corazón, desintoxicarlo de todo aquello que lo contamina y le resta vida.
Ejercitarnos en la Piedad trae beneficios, no sólo en este presente que vivimos, sino también en un futuro eterno, pues es el corazón (espiritualmente hablando) nuestro músculo más difícil de entrenar a diario.
Que nuestro ENFOQUE sea más allá de lo físico, que tarde ó temprano se desvanecerá… y nos ESFORCEMOS por ese ejercicio que vale realmente la pena… La piedad!
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