El cincel que te esculpe y el martillo que te quiebra son instrumentos en la elaboración de la más bella obra de arte... Cada uno de nosotros somos esa obra de arte que nuestro escultor va formando a través de las diferentes situaciones que vivimos y pasamos dolor, sufrimiento y diversas formas que ÉL utiliza, y que casi siempre no entendemos… pero que son necesarias en nuestro paso por esta vida... El paso por el dolor es inevitable... No se puede evadir, te toca, te alcanza, así que, hay que enfrentarlo, superarlo y dejar que te transforme en un ser más humano, más sensible y más fuerte!... y sabes que… DIOS es el artista-escultor!!!
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