Decídete a entregarle tu vida, tiempo y esfuerzo al SEÑOR, ya que es el único que lo merece.
Dile: “Jesús, estoy agradecido por Tu sacrificio. Ahora yo me consagro al servicio de Tu Reino y a mi asignación de llevar a otros la salvación que nos has regalado. ¡Gracias, Señor!”
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