La Palabra de DIOS transforma nuestra vida sin darnos cuenta. Es como una semilla que crece en el corazón y limpia la mente y transforma nuestra actitud, nuestro carácter y nuestros deseos.
Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. Gálatas 6:8
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