Hoy, tú y yo podemos y debemos acercarnos al TRONO de la GRACIA y derramar nuestro corazón con nuestro DIOS y PADRE, nuestro único REY. Buscar Su Rostro y todo aquello oculto que había en nosotras, entregarlo a Él en oración, en humildad y en sujeción a Él.
Porque estábamos perdidos pero DIOS nos ha encontrado. Éramos esclavos de nuestra maldad pero DIOS nos ha hecho libres. Estábamos hundidos en pecado, pero DIOS mediante su ESPÍRITU SANTO nos ha hecho nacer de nuevo, por JESÚS. Nos ha regenerado y renovado para cumplir sus propósitos en nosotros. – Josué Barrios
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