Gracias, PADRE, DIOS por este nuevo día en nuestras vidas ¡Cuán preciosa, oh DIOS, es tu Misericordia, cuán infinita es tu Bondad! Por eso los hijos de los hombres nos amparamos bajo la sombra de tus alas. Los que te tememos seremos completamente saciados de la grosura de tu casa, y TÚ nos abrevarás del torrente de tus delicias. Porque contigo está el manantial de la vida, nunca hemos visto a justo desamparado ni a su descendencia mendigando pan, porque TÚ, oh JEHOVÁ, bendecirás al justo, a tu lado siempre veremos la luz! PADRE Eterno, de rodillas te agradecemos Tu inmensa Misericordia sobre nuestras vidas, cuánto te necesitamos, Tú eres nuestro tesoro, nuestra mayor riqueza, nuestra felicidad. Danos hambre y sed de Ti, para que nunca dejemos de buscarte, para que nunca tengamos que desfallecer de sed en medio de la vida, sino que veamos todos los días Tu brazo de poder accionarse a nuestro favor y el cielo inclinarse en nuestro auxilio. Amén!!!
Gracias por todo lo que me das
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