Que rico se siente cuando ALGUIEN te PERDONA una deuda o una ofensa. Más rico se siente PERDONAR y vivir libre de rencor, resentimiento y amargura.
Las personas que viven llenos de rencores nunca piden perdón porque nunca reconocen sus propias fallas, siempre culpan a los demás por todo para justificar sus malas actitudes.
Es maravilloso reconocer nuestros propios errores y pedir perdón. Cuando uno reconoce sus propios errores uno está consciente de sus propios defectos y no es tan vigoroso en criticar ni juzgar a los demás sabiendo que todos necesitamos misericordia.
Gracias a DIOS por Jesucristo… es por SU AMOR que todos podemos alcanzar MISERICORDIA.
El mismo ESPÍRITU SANTOS nos muestra nuestros propios errores, mientras la carne busca criticar a los demás. Toma ser humilde para recibir reprensión, el reconocer nuestras faltas y el pedir perdón.
La persona soberbia, orgullosa nunca reconoce y puede vivir una larga vida sufriendo por las supuestas injusticias de los demás. Dicen ser defraudados y defraudan, dicen ser maltratados y maltratan; viven en ese constante ciclo vicioso de murmuración, difamación y causan división y esto los lleva a la condenación y perdición.
Que DIOS tenga misericordia de los misericordiosos y juzgue a los que juzgan y condene a los que condenan.
Jesús dijo: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.” Mateo 5:7
“Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.” Marcos 11:25-26
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