Gracias SEÑOR, porque un día decidiste cambiar mi historia... Y miraste aquel dolor, aquel quebranto. Y rompiste mi corazón y lo hiciste de nuevo... Gracias, porque nunca me abandonaste, ni siquiera cuando decidí escoger aquel camino equivocado. Gracias, porque no es por mí, Es por Ti que hoy estoy bien.
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