Sigue adelante… No te detengas… Si ya has experimentado ese toque divino… recuerda, no puedes operar dependiendo de glorias pasadas, tratando de sobrevivir con el aceite de ayer. Las reservas de DIOS nunca se agotan. Así que, no te dejes poner rancio, ni te complazcas contigo misma. PIDE que el “ACEITE del ESPÍRITU SANTO” sea derramado sobre ti, renovándote y refrescándote diariamente.
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