Al no ser honestos con nosotros mismos ni con los demás, tendemos a vivir una doble vida porque queremos aparentar ser perfectos y en realidad no lo somos.
El problema es que en lo profundo de nuestro corazón, sabemos que estamos mal y se convierte en algo normal vivir una doble vida, porque nos sentimos que no somos capaces de vivir una vida íntegra, sabiendo que no somos lo que predicamos.
Y si permitimos que esto se desarrolle, puede llegar el momento donde nos apartamos de Dios.
Pero no tiene que ser así, nosotros podemos LIMPIAR NUESTRO CORAZÓN, nuestra mente y nuestra conciencia… SIENDO SINCEROS CON DIOS y CON LAS DEMÁS PERSONAS!!
Lo increíble de todo esto es, que cuando humildemente reconocemos nuestros defectos y errores y lo admitimos delante de DIOS y de otras personas maduras, sinceras y entendidas… CAMBIAMOS!!!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario