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octubre 03, 2012

¡DIOS nunca desperdicia una herida!


De hecho, tu mayor ministerio probablemente surgirá de tu mayor herida.

¿Quién podría ministrar mejor a los padres de un hijo discapacitado que otra pareja que tiene un hijo con la misma aflicción? ¿Quién podría ayudar mejor a un alcohólico a recuperarse que la persona que luchó contra este demonio y se liberó? ¿Quién podría consolar mejor a una mujer cuyo marido la dejó por otra, que la mujer que pasó por esa agonía?

DIOS permite intencionalmente que pases por experiencias dolorosas para equiparte para tu ministerio a otros.

Si realmente deseas SER USADO por DIOS,  tienes que entender una potente verdad: las mismas experiencias que más has resentido o que más te han hecho sentir remordimiento – esas que has querido esconder y olvidar – son las experiencias que DIOS quiere usar para ayudar a otros. ¡Ellas son tu ministerio!

Para que DIOS use tus experiencias dolorosas, tienes que estar dispuesto a compartirlas. Tienes que dejar de encubrirlas, y tienes que sinceramente admitir tus defectos, fracasos y temores.

Aldous Huxley dijo, "La experiencia no es lo que te pasa a ti. Es lo que haces con lo que te pasa a ti."

¿Qué vas a hacer con lo que te ha pasado?

No desperdicies tu dolor; úsalo para ayudar a otros!!!

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